La crisis del COVID-19 nos ha permitido experimentar cómo internet se ha convertido en una herramienta fundamental para la subsistencia de la actividad económica y social en medio del aislamiento generado por la pandemia; así mismo, hemos sido testigos de cómo la necesidad de conectividad ha obligado a toda la ciudadanía a apropiarse de las tecnologías de la información y las comunicaciones con fines productivos, laborales y educativos de manera inmediata. Después de muchos años de formación y capacitación, llegó el momento de la apropiación digital inmediata.
En medio de la crisis el ingenio humano sale a relucir, y en este caso no ha sido la excepción: la ciencia y la tecnología han permitido afrontar el COVID-19 con inteligencia artificial, analítica de datos y muchas otras soluciones que no están surgiendo de lugares tradicionales como Sillicon Valley sino de todas partes del mundo. Estamos en medio de una carrera en contra del tiempo que nos ha puesto el gran reto de innovar para salvar vidas y para mantener la supervivencia económica de nuestros países.
Por otro lado, está el consumidor que está cambiando sus hábitos de consumo, lo que para el caso específico del sector de comunicaciones tiene varias implicaciones: por un lado, el usuario requiere cada vez más conectividad y servicios digitales, y por el otro, el presupuesto que estos destinan para dichos servicios se reduce dada la crisis económica ocasionada por la pandemia. El reto de las empresas del sector TIC está en ofrecer mejores servicios y a precios competitivos, no cabe duda que la digitalización y la apropiación TIC de los hogares y las empresas se acelerará y para ello tanto empresas de telecomunicaciones, como las diferentes plataformas de contenido y plataformas de dos o más lados, son fundamentales y requieren planes concretos de expansión.
Así mismo, los esfuerzos de Gobierno deben acompañar e impulsar la transformación del sector, no podemos perder el impulso: todas las agendas previstas deben acelerarse y como reguladores independientes debemos acompañar las políticas de Gobierno con la implementación de medidas que promuevan la inversión, faciliten la sana competencia y que modernicen el negocio de las telecomunicaciones. Para el caso de Colombia, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), venía desarrollando proyectos como la simplificación normativa, que busca diseñar un marco regulatorio actualizado, simple y eficiente, la digitalización de la protección de los usuarios, priorizando los canales virtuales de atención, la Hoja de Ruta para la modernización de redes móviles, iniciando nuestro camino hacia el despliegue de 5G, y el fortalecimiento de las reglas de despliegue de infraestructura, han sido proyectos que aportan a la evolución del sector en el país. Así mismo, la incorporación en nuestro régimen regulatorio de la metodología de sandbox regulatorio, el primero en servicios de comunicaciones en el mundo, permitirá experimentar nuevos modelos de negocio y nuevas metodologías, abriendo el Sector TIC a la innovación.
Esta coyuntura nos obligó aplazar algunos proyectos y acelerar otros, como lo han tenido que hacer muchos otros sectores como el educativo, salud, laboral, entre otros. En el caso del sector de comunicaciones, si bien se han publicado varias medidas provisionales flexibilizando las cargas regulatorias en procura de contribuir a la disminución del contacto físico e impulsar la digitalización de los servicios, seguimos buscando un equilibrio entre la reactivación económica y la protección a los usuarios y velar por la calidad del servicio.
Por supuesto, la crisis generada por el COVID-19 nos ha enfocado en acelerar y apoyar a la política pública aún más para el cierre definitivo de la brecha de conectividad y para esto la CRC se ha preparado como un regulador con fortaleza en los datos, en la evidencia empírica y en la transparencia de sus procesos y proyectos regulatorios dando acceso de manera general a todos los datos que gobiernan la regulación del sector en el país través de la plataforma Postdata (www.postdata.gov.co), por parte de todos los agentes del sector y con la sociedad civil.
La crisis del COVID-19 nos está enseñando que debemos dar el salto sin miedo, que la estructura de nuestras economías está cambiando y que sólo la economía digital nos permitirá recuperarnos lo más rápido posible. En la CRC tenemos claro ese objetivo y desde hace cuatro años, con el diseño de la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Economía Digital, trabajamos para generar como regulador TELCO las condiciones regulatorias que puedan impulsar el desarrollo de esta economía en Colombia y la Región.
Finalmente, debo insistir en que terminar de conectar a TODOS (en mayúscula) los ciudadanos será el detonante para que despegue la transformación digital en Latinoamérica.