Electrodomésticos como la licuadora y el microondas, inclusive hasta el bombillo común, generan mayor radiación que una antena móvil 4G, sin embargo algunas comunidades se oponen a su instalación, pues consideran que puede afectar la salud.
Este temor frena el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones, y repercute en la calidad del servicio que adquieren los usuarios.
Al respecto, la Comisión de Regulación de Comunicaciones ilustra cuatro situaciones:
1. Once mil estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante los últimos 20 años, revelan que no existe relación entre la presencia de antenas para los servicios de telefonía móvil y la afectación de la salud de la población aledaña a estas estructuras. Las mediciones realizadas en Colombia, han demostrado que en ninguna parte del país se está siquiera cerca de los límites de radiación que se consideran seguros a nivel internacional.
2. Las antenas 4G son necesarias para facilitar la comunicación a través de los teléfonos celulares, tabletas y módems. Para que el servicio tenga calidad y alta velocidad, las antenas deben instalarse cerca a los usuarios.
3. Se necesitan varias antenas para brindar una buena señal, donde hay muchos usuarios conectados. Un mayor número de antenas en una zona determinada permite que tengan más baja potencia y sea menor la radiación.
4. Las únicas antenas que deben estar afuera de las ciudades son las de las emisoras de radio y televisión que utilizan altas potencias de operación.
Para resolver sus dudas sobre las barreras para el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones, consulte la página web de la CRC y su presencia en redes sociales: @CRCCol y @CRCTeResponde en Twitter y en Facebook como Comisión de Regulación de Comunicaciones.
